La “arbonaida”, la blanca y verde, en nuestra lengua romance (aljamía).
El de nuestras campiñas y tierras, el del pendón omeya para convocar al pueblo.
El blanco de nuestros pueblos encalados, color del perdón almohade, de la paz y de la asamblea.
Nuestros deseos para este nuevo año: concordia y esperanza.
Al que añadimos el color púrpura. El de los tintes fenicios extraídos de los búzanos. El color de la nobleza. El rojo nazarí.
Todo unido nos dice que : “Juntos sumamos más”.